Alicia López Losantos - Doctoralia.es

Las redes sociales han cambiado la forma de relacionarnos. Nos proporcionan la cara y la cruz de una misma moneda. Por una parte amplían el campo de buscar pareja o amigos proporcionando un potencial enorme de posibles citas diversificando y facilitando encuentros, pero por otro lado, facilitan el control y vigilancia de unas personas sobre otras. Con lo cual a través de las redes sociales se hacen visibles las conductas obsesivas y celotípicas, convirtiéndose en el medio perfecto para desarrollarlas.

Como la mayoría de las personas no son conscientes del potencial público al que puede llegar cualquier publicación o foto que ponen en la red, esto hace que se sepa en muchos casos donde estamos, qué hacemos, nuestros planes, con quién me relaciono, a quién apoyo. Esta sobreinformación en torno al otro y sus interacciones reales o virtuales desencadena emociones de desconfianza y celos. Todo esto es un campo abonado para ejercer incluso la violencia psicológica sobre la pareja.

Es decir, el control virtual o cibercontrol se puede ejercer en: desde decidir las amistades que el otro acepta en las redes (a través de sutiles o abiertas críticas, como ¿de qué conoces a ese o esa?), vigilar los comentarios, es decir, sobre quién y con quién se hacen comentarios (en plan “si yo soy lo más importante para ti no necesitas comentar o ver las fotos de ese o esa) y hasta llegar a un violento control virtual como…”si me dejas voy a publicar las fotos o los comentarios que tú ya sabes…”. Y esto ya es lo máximo si la pareja nos deja, ya que puede haber un auténtico acoso y seguimiento (incluso con perfiles falsos que provocan a la otra persona).

¿SE COMPORTAN IGUAL HOMBRES Y MUJERES?,

Esta forma de vigilancia extrema lo ejercen hombres y mujeres. Aunque es verdad que la percepción de control es distinta entre los sexos. Por ejemplo los hombres en general y teniendo en cuenta los estudios realizados sobre ello, muestran mayor protección emocional frente al control, es decir, son más rígidos en los límites que permiten a la pareja. No les gusta sentirse controlados y enseguida ponen freno a ello. Sin embargo las chicas aguantan más, no tienen tan claro ese límite. Pasamos del “me estás agobiando con tanto mensaje y de cinco te contesto dos” (chico) a “lo hace porque está enamorado de mí y totalmente entregado” (chica).

Esta diferencia de percepción viene desde la infancia a través de la socialización en nuestra cultura y ahí según los expertos tiene mucho que decir la idea que se nos ha vendido a través de los medios de comunicación del “amor romántico”, así creer que la media naranja es la que nos “completa” y que los celos “es la mayor prueba de amor por la preocupación que se siente hacia nuestra persona”, no enmascara más que posesión y relaciones tóxicas. Y lo que antes era difícil de desarrollar, (los recursos eran el registro del bolso en la mujer o la cartera en el hombre) estas nuevas tecnologías lo han facilitado en extremo.

El “me gusta” del Facebook, el doble click del whatsapp, las fotos en compañía de Instagram…, son instrumentos de control que unidos a una mala gestión emocional de los celos o un concepto negativo de la libertad de cada integrante de la pareja hacen un coctel realmente explosivo.

Y ENTONCES, ¿QUÉ PODEMOS COMPARTIR CON LA PAREJA?,

Bueno…hay que pensar que nuestras redes es algo privado, y que realmente debemos comportarnos en la “vida virtual” como lo hacemos en la “vida real”. Al igual que no dejamos la llave de nuestra casa a una persona que conocemos o que no convivimos con ella aun siendo pareja, lo mismo no hay que darle la clave de nuestro móvil o de entrada en nuestra red. Y teniendo en cuenta que en la vida real no debemos dejar nuestra persona totalmente en manos del otro ni a nivel físico ni a nivel emocional, en la vida virtual lo mismo. Tiene que haber un equilibrio entre dar y recibir, pues de lo contrario «se generará una dependencia excesiva». Nosotros somos únicos y enteros y no necesitamos medias naranjas sino naranjas enteras que nos enriquezcan la vida.

Y respecto a lo que haga nuestra pareja, la base del amor y de una fantástica relación es la confianza. Si no, no disfrutaremos de la relación y al final la soledad vendrá. Hay que ser adultos a nivel emocional y si respetamos al prójimo, nos respetaremos a nosotros mismos.

”¿Cuál es la diferencia sustancial entre intentar amar desde el apego o amar desde la libertad? La respuesta es drástica pero clara: la misma diferencia que hay entre la muerte y la vida (Erich Fromm)

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