Alicia López Losantos - Doctoralia.es

– Bueno, ya hemos terminado la sesión ¿no?
– En realidad me gustaría hacer el resumen…
– ¿A qué hora cierra la pastelería del corte inglés? He quedado en ir a cenar a su casa y quiero llevar unos entrantes fríos
– Ya pero comentaste el último día que ibas a marcar tus tiempos ¿no? Y que si tenías compromisos con otras personas o contigo mismo como es ahora ibas a…
– Si, si…, es verdad, es una forma de hacerme respetar, de que no imponga siempre sus deseos, de darme a valer, pero ya lo hablaremos en la próxima sesión porque está acostumbrada que llegue a las 9 y son menos cuarto.

Esta conversación con distintas variantes me la encuentro habitualmente entre mis clientes. Muchas veces no sabemos si estamos enamorados o “poseídos”. ¿Hasta qué límite la pareja nos puede organizar la vida? ¿Hasta qué punto le tenemos que contar de nuestros pensamientos y sentimientos? ¿Dónde se acaba el amor y empieza la posesión?

Claro…, pensaréis que toda forma de amar lleva un grado de posesión pero de ahí a “la maté porque la amaba, la maté porque era mía”, como cantaban Platero y tu, hay un trecho en ocasiones muy corto.

Y no penséis que es cosa sólo de mujeres

Hay cantidad de hombres que sufren dependencias emocionales. Y, ¿por qué no es tan visible?. Hay muchas respuestas a esta compleja pregunta. Concretamente a nivel social no está bien visto que te vean dominado por una mujer, parece que por desgracia ciertos comentarios “amorosos” se reservan al ámbito femenino, o no habéis escuchado por ejemplo:

– No se si puedo quedar con vosotras este finde porque igual a (aquí ponemos el nombre de la pareja de ella) no le parece bien.
– Cada vez que me pongo esta ropa tengo bronca con…porque dice que voy muy provocativa.
– Yo desde que me casé no quedo nunca con las amigas…

Imaginaros al revés,

los amigos se reirían de uno y le llamarían “calzonazos” o lindezas varias sin embargo en las mujeres no existe una palabra recíproca para denominar esta conducta en las mujeres.

Y luego, canciones sobre dependencias emocionales por parte de los hombres no hay como de las mujeres “Lo que Ana ve” (Revolver), “Malo” (Bebe), “Salir corriendo” (Amaral),…esto puede explicarse porque algunas dependencias emocionales en grado extremo llevan a la violencia física, al maltrato físico, pero eso no quita que los hombres también reciban maltrato pocas veces físico y la mayor de las veces psicológico.

Las dependencias emocionales son relaciones tóxicas, que se pueden dar en todos los ámbitos, que afectan a hombres y mujeres y que implican sumisión y dominación, que tienen grados y que pueden llevar a la pérdida de la identidad y a la infelicidad extrema.

”Hay un lugar donde nada te puede lastimar, donde no tienes precio y vales sólo por lo que eres. Es un punto de no retorno: la dignidad (Walter Riso)

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