La indignación social que ha provocado el macrobrote de Mallorca ha sido provocada por una tormenta perfecta: jóvenes, fiestas, coronavirus, incumplimiento de las normas, redes sociales, cuestionadas decisiones judiciales y unos padres, sólo algunos, que asumieron la responsabilidad que les correspondía a sus hijos. Desde imágenes de padres exigiendo la «liberación» de sus hijos como si se encontraran en un centro de detención en lugar de en un hotel Covid, tal y como regula las medidas de protección frente al Covid-19 desde el 14 de marzo de 2020, hasta padres presentando «habeas corpus» por detención ilegal para que se dejara salir a sus hijos del hotel Covid porque iba en contra de los derechos fundamentales. Mucho se ha hablado de la irresponsabilidad de algunos jóvenes y poco de la de los padres.
Todas las miradas se posaron en el macrobrote de Mallorca, pero la realidad es que la preocupación por el incremento de casos entre los jóvenes empieza a ser algo más que una advertencia. La incidencia entre los jóvenes sigue repuntando, con un incremento de 133 puntos en el grupo de 20 a 29 años (499 casos) y un aumento de 60 en el de entre 12 y 19 años (406). ¿Qué está sucediendo?
EL MUNDO ha hablado con la psicóloga especialista en relaciones familiares y de pareja, Alicia López Losantos, mediadora familiar con una experiencia acreditada de más de 20 años trabajando el aspecto emocional de las personas. Esta experta pone nombres, apellidos y responsabilidades al tsunami que ha supuesto el macrobrote de Mallorca. Un tsunami en el que se ha señalado a los jóvenes, pero en el que hay otros muchos responsables. Un tsunami que López Losantos no cree que sea el comportamiento de la mayoría, pero sí de la minoría «que más se ve».
PREGUNTA: ¿Qué hace que un padre defienda a un hijo hasta incluso pedir un habeas corpus pese a ser consciente de que se ha equivocado y que su irresponsabilidad ha provocado un macrobrote con miles de contagiados?
RESPUESTA: Tenemos que entender que estamos hablando de adolescentes y situarnos en el momento histórico y social que estamos viviendo. Aquí se juntan varias cosas. No creo que se pueda juzgar a los padres como algo fuera de los padres sino por el momento que estamos viviendo. Estamos en un momento de miedo, de incertidumbre, de ganas, de expectativas. El comportamiento de los jóvenes, el querer irse de viaje de fin de curso, el querer disfrutar con los amigos es habitual.
Estamos en un momento en el que los estilos educativos están muy polarizados: o proteges mucho a tus hijos o los abandona. Hay que entender que el adolescente es un adulto joven. Sin embargo, para la sociedad no son adultos pero tampoco son niños. Tenemos un concepto que está en el inconsciente colectivo de los padres. Son inmaduros, pero se les permiten hacer cosas de adultos y a la vez no se les permite otras. Pueden decidir sobre la interrupción del embarazo, pero no tener una tarjeta de crédito. Se les hace inmaduros y poco responsables de sus actos.
- ¿Qué ha llevado a lo que se ha visto en el macrobrote de Mallorca?
- Han influido muchos aspectos. En las redes sociales se la leído que los chavales que estaban en el hotel Covidestaban privados de libertad, pero la realidad es que tenían un teléfono para que los padres contactaran con el servicio médico. Esto también ha ocurrido. Ha habido chicos que llamarían a su padres y les dirían que estaban asustados porque realmente estaban asustados y padres que pensarían que al estar en un hotel Covid se iban a contagiar. Pero también ha habido otros que han tenido un discurso negacionista, porque el discurso negacionista ha estado y está en nuestra sociedad. Y esos chicos se han saltado todas las normas.
Ese discurso también se tendría que haber atajado. A todo esto hay sumar que hay padres que no dan responsabilidad a sus hijos sino que esa responsabilidad la asumen también los padres. A veces hay que luchar contra los padres y contra los hijos.
Los padres tienen que pensar que eso chicos van a ser adultos y que tienen que saber que cada acto tiene una consecuencia. Si cuando llegan a casa no les dicen nos ha hechos pagar dinero a nosotros y al estado, que has puesto en peligro a gente y que esto tiene unas consecuencias no entenderán las consecuencias que han tenido sus actos.
- ¿De quién es la responsabilidad?
- Hay que entender que es una responsabilidad de toda la sociedad y que tiene que haber una responsabilidad también para los padres. Si ponemos en peligro la salud pública tiene que haber un castigo una sanción, una multa, algo que no hay.
No se puede legislar el comportamiento de todas las personas, pero es verdad que todos estamos de acuerdo en que no son comportamientos ejemplarizantes, pero tampoco es el comportamiento de la mayoría. Por ejemplo, el año pasado hubo manifestaciones por el asesinato de George Floyd y ahí no estábamos vacunados y también estaba mal, pero no nadie lo vio como un acto irresponsable.
Los padres tienen que pensar que eso chicos van a ser adultos y que tienen que saber que cada acto tiene una consecuencia
- ¿Qué habría que explicar a un joven, a un adolescente para que entendiera que la gravedad de sus actos en una situación como la que se está viviendo con la pandemia del coronavirus?
- Le explicaría a mi hijo que ese comportamiento no es ejemplarizante y que ese comportamiento es bochornoso. Es lo que no hay que hacer ni siquiera como padres. El comportamiento de unos pocos no significa que sea el comportamiento de todos. Y no sólo es el comportamiento mal de ellos ha sido el comportamiento mal de muchos. Pero no es algo general en la sociedad española. Hemos dado ejemplo en un año y medio (…). Lo ocurrido en Mallorca ha sido una actuación poco cívica. Sobre todo no hay que sobreproteger a los hijosporque eso lleva a que cuando sean adultos sean adultos muy dependientes.
Siempre me acuerdo del caso de unos padres que tenían una niña que estaba en la pubertad y que le gustaba llevar minifaldas y tops. El padre le llevó al cine a ver una película de tratas de blancas y la niña salió impactada y le costó volver a vestir así. No se puede prohibir en la adolescencia. De niño sí, pero en la adolescencia hay que hacerles razonar, mostrarles lo que hemos vivido porque hay veces que la gente no es consciente de lo que ha sido porque no se han visto imágenes de ataúdes. Hay que verlo porque sino crees que es una película. A lo mejor tienen que ir a un geriátrico y que vean lo que supone.
- ¿Qué justificación se puede dar primero para permitir realizar un viaje de estudios en la situación sanitaria que estamos y en segundo lugar en asumir las mismas excusas, explicaciones y quejas de tu hijo?
- Si al final decides ceder y que deje hacer el viaje hay que entender que en la vida del adolescente es un momento muy importante. Todos hemos sido jóvenes y todos hemos vivido ese momento. Si le dejamos ir tienen que ser consciente de todo.
La gente se piensa que los adolescentes no escuchan, pero sí lo hacen si les has enseñado a escuchar. Todo lo que decimos a nuestros hijos a ellos les entra, aunque estén en la época de rebeldía (…) También tenemos que dar ejemplo. No podemos reunirnos, incumpliendo las normas, sin protegernos y pedirles que ellos sean responsables.
Sobreproteger lo que hace es que los adolescentes crean que hagan lo que hagan sus padres van a apoyarles
- ¿Qué supone para un joven que ha cometido determinadas irresponsabilidades el apoyo de tus padres en todos los niveles?
- Lleva a mucho sufrimiento de adulto porque son personas que se creen el centro del mundo, que no ven límites a sus actitudes.Van a traer sufrimiento a la familia, sufrimiento a sus padres y van a ser adultos muy inestables.
En la sociedad eres uno más y no vas a tener a tus padres para que te defiendan siempre. Tus padres llegan hasta donde llegan y van a ser unos adultos inseguros. Al principio salen con mucha confianza, pero es una autoconfianza falsa. Van a ser dependientes y van a tener muy poca seguridad en sí mismos. Aunque suene fuerte pueden llegar a ser adultos enfermos.
- Como especialista, ¿cómo explicarías o calificarías la actitud de esos padres?
- Es una educación sobreprotectora, permisiva. El niño no ve ningún límite a sus actuaciones. Cuando hay adolescentes agresivos, con problemas de comportamientos, con actitudes irresponsables, lo primero que dicen los padres es que les han consentido todo, que se han portado fenomenal con ellos, que les han dado todo… Ellos tenían que haber visto que eso estaba mal y les tenían que haber puesto límites.
Cuando los adolescentes tienen problemas el adolescente los achaca a que sus padres no se han preocupado por él, pero la realidad es que han sido padres permisivos y sobreprotectores. Hay que prestarles atención, pero darles su responsabilidad. Y eso también se puede considerar un tipo de abandono.
Sobreproteger lo que hace es que los adolescentes crean que hagan lo que hagan sus padres van a apoyarles, van a ser uno más. La educación tiene que ser reforzante y limitante. Y tienen que ver que desde pequeños que cualquier actitud tiene una consecuencia.
La gente se piensa que los adolescentes no escuchan, pero sí lo hacen si les has enseñado a escuchar
- ¿Quién crees que tiene más responsabilidad en este macrobrote, los jóvenes por no cumplir las normas o los padres que lo permitieron y que después lo defendieron?
- Los padres que permitieron y defendieron son familias que van a tener muchos problemas. Si son jóvenes que no han hecho caso a sus padres, socialmente van a estar mal vistos. Y eso es una lección para ellos, eso les hace ver que han cometido una irresponsabilidad. Se han visto imágenes de chicas saliendo del hotel Covidque se cubrían el rostro porque sentían vergüenza. Si los padres permiten, no conciencian y les defienden el problema es la familia. Los padres no pueden dejar de negar la educación de sus hijos. La educación es primordialmente de los padres. Aquí la responsabilidad sería de gran parte de sus padres, que no han sabido educar a sus hijos.
- ¿Dónde hubiera estado el término medio?
Lo que se tenía que haber hecho cuando viene mi hijo y me dice lo del viaje es sentarme a hablar con él. Le hago entender que es importante lo que me dice, que lo comprendo y a partir de ahí decirle las cosas que pueden ocurrir. Y no por la actuación del chico sino por la actuación del resto.
A partir de ahí explicarle las consecuencias y entonces que él decida. Pero que decida sabiendo lo que piensan los padres y cuál va a ser la reacción de los padres si se produce algún problema. Como padres tenemos que llevar a nuestros hijos a que elijan la mejor de las opciones. Tienen que vernos como ejemplo y tienen que ver que ellos son también responsables. En ese momento él ya sabe que todo lo que suceda va a ser su culpa y que todo lo que ocurra será su responsabilidad. Y desde luego no ir a defender esa actitud de tus hijos.
¿Cuantos jóvenes hay en España? Esto que ha ocurrido en Mallorca es un grupo de chavales que estaban en Mallorca pasándolo bien y que podía haber quedado en una trastada pero que al final ha acabado en algo terrible, además por los padres que han salido a defenderles. No se puede salir defendiendo lo indefendible. No se puede decir mi hijo nunca miente porque tu hijo miente como todos. No se puede enfrentar a la autoridad del profesorado y eso está ocurriendo. Hay que poner límites desde pequeños y responsabilidades desde pequeño. Hay que enseñarles a ser respetuosos, educados…
Les damos la felicidad, pero no dejamos que la gestionen. Tú quieres la moto pues trabaja en verano para conseguirla. Son adultos jóvenes no son niños. Al gestionar su felicidad se van a hacer responsables de ella.