El ‘síndrome de la cabaña’ se empezó a estudiar a través de los cambios comportamentales que afectaban a las personas que pasaban largos periodos de tiempo confinadas en un mismo lugar y en soledad, por ejemplo, en profesiones como la de fareros (antes de que los faros se automatizaran) o astronautas.
En España han aumentado los casos a partir de la pandemia, con gran cantidad de personas que se relacionan lo justo físicamente con el entorno, manteniéndose la mayor parte del tiempo en la seguridad de su hogar.