Alicia López Losantos - Doctoralia.es

Enamorarse después de enviudar es una de las preguntas que más me llegan a consulta. Muchas personas, hombres y mujeres, me dicen que no saben si es demasiado pronto, si traicionan a quien se fue o si simplemente tienen miedo de abrir el corazón otra vez. Volver a enamorarse después de enviudar no es una obligación, pero sí puede convertirse en un camino real cuando la persona empieza a notar cambios internos claros: calma, presencia, ganas de compartir y apertura hacia el futuro.

María Luisa me llamó un día porque, según me adelantó, su historia necesitaba ser contada en persona.
Alta, elegante y con 70 años vividos con dignidad, llegó a consulta con una mezcla de cansancio y esperanza.

Mira Alicia, me dijo, llevo 15 años cuidando a mi marido con una enfermedad degenerativa. Hace seis meses entró en un coma del que no va a salir. Los médicos no saben cuánto tiempo durará esta situación… pero sí saben que es el final. Yo estoy agotada. Necesito vivir y volver a sentir. Y cuanto antes. ¿De verdad crees que es posible volver a enamorarse después de algo así?

Esa pregunta la he escuchado muchas veces.
Y no solo en personas mayores: la viudedad no entiende de edad.

¿Cómo saber si estás preparado/a para enamorarse después de enviudar?

Hay algo que siempre explico en consulta: el vacío que deja una pérdida no puede llenarlo otra persona.
Buscar pareja para evitar la soledad o la tristeza no solo no funciona, sino que suele salir mal.

Antes de abrir el corazón de nuevo, es necesario:

  • aceptar la pérdida
  • llorarla
  • integrarla en nuestra historia
  • comprender la nueva identidad que nace a partir de ese dolor

A esto lo llamamos duelo, y es un paso imprescindible antes de iniciar una relación sana.

Las etapas del duelo: un paso previo a enamorarse de nuevo tras enviudar

No todo el mundo vive todas las fases, ni en el mismo orden, ni con la misma intensidad.
Pero suelen aparecer estas:

Negación

Cuesta asumir lo que ha pasado. A veces va acompañada de ansiedad o desconexión emocional.

Ira

Rabia, frustración o incluso enfado hacia uno mismo, hacia la persona fallecida o hacia la vida.

Negociación

Fantasías o pensamientos del tipo: “¿y si hubiera hecho esto…?”

Depresión

Una tristeza profunda que marca el tramo más doloroso del duelo.

Aceptación

Llega lentamente: no es olvido, sino la posibilidad real de volver a sentir placer, ganas de vivir y espacio interior para el futuro.

La culpa: el freno emocional más frecuente al enamorarse después de enviudar

Cuando una persona viuda comienza a sentir necesidad de cambio, alegría o incluso atracción por alguien, aparece un miedo muy humano:
“¿Y si estoy traicionando la memoria de mi pareja?”

Es un sentimiento común, sobre todo en:

  • duelos recientes
  • parejas muy unidas
  • personas que dedicaron años al cuidado del otro
  • viudedad tras enfermedad larga

La culpa no significa que no puedas amar a otra persona.
Significa que estabas muy vinculada al amor anterior y necesitas integrar esa historia sin que bloquee la siguiente.

¿Qué piensa la sociedad cuando alguien se enamora estando viudo?

Aunque nadie lo diga en voz alta, sigue habiendo prejuicios.
Cuanto más reciente sea la pérdida, más probabilidad hay de que aparezcan juicios externos.

Y muchas veces el mayor freno no es la sociedad, sino la familia:

  • hijos adultos que sienten que alguien “ocupará el lugar” de su progenitor
  • familia política que idealiza la relación anterior
  • entornos que presionan emocionalmente sin darse cuenta

A todo esto también hay que aprender a poner límites.

¿Podemos volver a amar con la misma intensidad después de enviudar?

Una duda frecuente es si el nuevo amor podrá ser tan fuerte como el que se perdió.
Pero aquí ocurre algo importante: idealizamos al fallecido, y nadie puede competir con la perfección de un recuerdo.

El amor nuevo no será igual.
Será distinto.
Y puede ser igual de profundo, sólido y significativo, pero desde otro lugar emocional.

Un consejo práctico para abrir paso a un nuevo amor tras la viudedad

Cuando la persona siente que ha llegado el momento, recomiendo algo que en consulta suele sorprender:

Es necesario hacer espacio simbólico y físico para una nueva relación.

Eso implica:

  • guardar, donar o retirar objetos del cónyuge fallecido
  • no convertir la casa en un lugar detenido en el tiempo
  • permitir que la nueva etapa tenga su propio sentido y presencia

No significa olvidar.
Significa hacer hueco para vivir.

El amor que se fue y el amor que puede venir: reconciliar pasado y futuro al enamorarse después de enviudar

La persona que ya no está forma parte de nuestra historia: de nuestra identidad, de una etapa importante, de nuestra familia.
Siempre tendrá un lugar en nuestro corazón.

Pero un corazón no es un territorio limitado.
Tiene espacio para guardar una historia y abrir otra nueva.

Amar después de perder es una de las formas más valientes de vivir.

Porque —como decía una frase que siempre me emociona—:

“Porque también somos lo que hemos perdido”, (Amores perros)

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