Para parejas en crisis el tomarse un tiempo de respiro puede ser beneficioso ya que:
- Podemos sentir la experiencia de estar de nuevo solos y con qué intensidad extrañamos al otro,
- Podemos testear la relación analizándola desde fuera, al salir de la vida cotidiana con el otro
- Podemos volver a ser uno mismo, disfrutar de lo que nos place, tomar nuestras propias decisiones y afrontar los resultados de las mismas en soledad. Esto puede servirnos para ver realmente qué parte de nosotros se ha perdido en la relación o cuánto necesitamos a nuestra pareja para ser nosotros mismos y hacer realidad lo que nos hace disfrutar de verdad o cuánto la necesitamos para enfrentarnos “al mundo”
- También podemos aprovechar para reflexionar y analizar a dónde queríamos llegar a nivel personal y profesional y a dónde hemos llegado y el papel de nuestra pareja en todo ello
- Podemos relacionarnos con otras persona y entonces evaluar nuestras emociones y sentir cuánto añoramos la cercanía y el contacto del otro y verdaderamente si es amor o dependencia
Pero a veces… cuando nuestra pareja nos pide un tiempo, puede ser que sea definitivo ya que igual al respetarnos y en cierta forma querernos no se atreve a plantearnos una ruptura total y utiliza esta situación como un camino intermedio. Por ello debemos analizar la situación en que la ruptura acontece y ver los posibles motivos reales que nos llevan a ella, no sea que nosotros pensemos que es un alto en el camino y sin embargo sea un tiempo perdido. En este caso la posterior frustración de las expectativas amorosas es clave entre un divorcio respetuoso a todo lo contrario.
