Al empezar un nuevo año, muchos se proponen cumplir metas y propósitos, pero uno de los más universales es ser feliz. Sin embargo, la felicidad no se reduce a la ausencia de sufrimiento: es un conjunto de emociones positivas que se experimentan cuando tenemos bienestar y calidad de vida.
Tipos de felicidad según la psicología
La psicología positiva, y autores como Martin Seligman, distinguen distintos tipos de felicidad que varían según la etapa de la vida:
1. Felicidad hedonista
Se basa en disfrutar los placeres cotidianos: buena comida, actividades que nos divierten, sexo o momentos de ocio. Es la felicidad asociada al placer inmediato.
2. Felicidad por logros y proyectos
Se obtiene al dedicar tiempo y energía a metas personales o profesionales. La satisfacción llega al ver los avances paso a paso y sentir que nuestros esfuerzos tienen sentido.
3. Felicidad de sentido o trascendencia
Surge al realizar acciones que dan significado a la vida, como voluntariado, religión o contribuir a una causa mayor. Aquí, la felicidad no depende de la ausencia de sufrimiento, sino de la valoración global positiva de nuestra vida.
Cómo aumentar la felicidad en la vida diaria
Aunque no existe una fórmula universal, la investigación muestra que ciertas prácticas aumentan nuestro bienestar:
- Disfrutar del día a día, incluso si no todo es perfecto.
- Practicar la atención plena y vivir el presente.
- Escribir diariamente sobre experiencias positivas.
- Expresar gratitud hacia los demás y hacia uno mismo.
- Realizar actos de generosidad.
- Celebrar los logros y alegrías de otros.
Estas acciones, además de reforzar la felicidad personal, promueven autoconocimiento y emociones positivas sostenibles.
La pareja como fuente principal de felicidad
Entre todas las relaciones sociales, la pareja es clave. Quienes tienen relaciones de pareja satisfactorias experimentan:
- Mejor salud física y mental.
- Mayor longevidad y bienestar general.
- Mayor satisfacción sexual.
- Más estabilidad emocional y calidad de vida.
Por eso, cuidar la relación de pareja no es solo emocional, sino un componente esencial de nuestra felicidad.
Aprender a ser feliz: un camino personal
Incluso quienes objetivamente tienen todo para ser felices, a veces no logran sentirse así. Bloqueos internos, problemas no resueltos o miedo al futuro pueden dificultar la experiencia de la felicidad.
En estos casos, es recomendable buscar ayuda profesional, porque la felicidad puede aprenderse y cultivarse, y la psicología ofrece herramientas concretas para lograrlo.
Referencia externa
Este artículo se inspira en el análisis publicado en Antena 3 «sobre la felicidad«, adaptando la información desde la perspectiva de psicología positiva y la importancia de la pareja en nuestro bienestar.
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