Cuando hablamos de sentirnos amados por nuestra pareja, ¿a qué nos referimos realmente? La respuesta va más allá de la pasión o la complicidad: amar es cuidar en la relación de pareja. Sin cuidado, la relación se resiente y se generan alertas emocionales que pueden afectar la confianza y la conexión.
Cinco cuidados esenciales en la pareja
Para que una relación funcione y crezca, es fundamental fomentar estos cinco tipos de cuidado:
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Cuidar a la pareja físicamente
Si observamos hábitos poco saludables, es importante comentarlo con cariño y ayudar a mejorar, evitando esperar a que el tiempo resuelva lo que podemos atender hoy. -
Cuidar los intereses comunes
Compartir tiempo y actividades que ambos disfruten fortalece la relación. Mantener y hacer crecer los intereses compartidos genera complicidad y bienestar. -
Cuidar la comunicación
El diálogo respetuoso es clave. Evita imponer tu punto de vista, escucha activamente y expresa emociones sin suponer que el otro las percibe. Llegar a compromisos fortalece la relación. -
Cuidar los detalles
Atender a las pequeñas cosas que hacen felices o molestan a nuestra pareja demuestra atención y consideración, reforzando la conexión emocional. -
Cuidar la intimidad de cada persona
Respetar espacios personales y privacidad es esencial. Amar no significa perder la individualidad.
Por qué descuidamos el amor
Existen razones comunes por las que el cuidado en la relación puede fallar:
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Dar por sentado que el amor será eterno y no necesita demostrarse.
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Exceso de preocupaciones personales que nos centran solo en nosotros mismos.
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Expectativas desalineadas sobre lo que la pareja puede ofrecer.
Si sentimos que el cuidado falla, es importante expresar abiertamente lo que sentimos y, si no se puede resolver, considerar si la relación es la adecuada.
💡 Se dice que no existen amores eternos, pero sí amores bien cuidados. Amar es cuidar, todos los días, con hechos y palabras.