Las estadísticas nos ofrecen datos abrumadores de la cantidad de abuelos para los que el cuidado de sus nietos ha llegado a pasar de ser una actividad ocasional a una labor obligatoria y no remunerada, que ocupa toda o gran parte de su vida social y que aparte de cuidarlos, ayudarlos con las tareas de la escuela y llevarlos al médico, muchas veces hasta sufragan sus gastos.