¿Cómo puede superar una familia la pérdida de su casa, sus recuerdos e, incluso, su trabajo?
La circunstancia vital de sobrevivir a un desastre natural como el del Volcán de La Palma y ver desaparecer en cuestión de minutos la vivienda en la que hemos invertido muchos años de duro trabajo y donde hemos generado vivencias que nos acompañarán el resto de nuestros días es una situación muy dolorosa. Si a ello sumamos la pérdida de las tierras o cosechas que sustentan a nuestra familia, el trauma puede ser mucho mayor.
Superar la pérdida de un bien material cuando contamos con los medios económicos necesarios puede reportarnos tristeza y desesperanza, pero debemos generar una ilusión en lo nuevo por construir e incluso hacer realidad ambientes distintos que anhelábamos en la anterior estancia. También debemos pensar que los recuerdos los generamos nosotros y que si algo bueno tienen es que pertenecen a nuestras vivencias y experiencias y lo exterior, lo material, simplemente es el recipiente donde las albergamos, pero que nunca se pueden destruir ya que pertenecen al interior de nuestro yo.
Respecto a la pérdida del trabajo, debemos apoyarnos en nuestros seres queridos y pensar que mientras tengamos salud y fuerza podemos empezar de nuevo, incluso quien sabe si haciendo realidad alguna vocación perdida en la rutina cotidiana. Tenemos que tener claro que hay cosas que no podemos cambiar y que no sirve de nada la desesperanza: Ahora puede ser una buena oportunidad para demostrar a nuestros hijos que ser resiliente es un valor que se aprende.
¿Cuáles son los principales sentimientos de estas personas?
Como seres vivos que somos, y ante una naturaleza salvaje, sentimos miedo que nos hace huir y ponernos a salvo. Posteriormente, la impotencia y la tristeza hacen mella para dar paso a la rabia e intentar superarnos en las adversidades y trabajar fuerte para volver cuanto antes a la normalidad perdida en todos sus aspectos.
¿De qué manera hay que enfocar el «empezar de nuevo»? ¿Cuáles son los principales soportes para salir adelante sin el dolor que produce mirar atrás?
Hay que enfocarlo desde el mismo concepto de “empezar de nuevo”, ya que no empezamos, sino que seguimos de distinta manera nuestra experiencia de vida. Hay que confiar en que el futuro nos puede traer una alternativa de vida que quizá sea más enriquecedora y que todo cambio genera una oportunidad. Debemos estar tranquilos y pensar que lo más importante es que estamos vivos y que nuestras familias también, y eso, es lo más importante.
¿Son más fuertes las familias con hijos al tener que enfrentarse al presente sin darles muestras de gran fragilidad, o es indiferente?
No es que sean más fuertes, es que tienen una ayuda extra para serlo por el ejemplo que deben dar a sus hijos. Seguro que lo que hagan en estos momentos los padres, será una impronta que los hijos recordarán el resto de sus días. Pero eso no significa que las personas que están solas no puedan ser tan fuertes como las que tienen familia pero, lógicamente, cuando tienes hijos que dependen de ti, tienes un motivo añadido para salir adelante.
¿Cómo afecta a los niños cambiar de casa y colegio al mismo tiempo sabiendo que lo ha destruido un volcán?
Los niños son mucho más flexibles que los adultos, lo pueden vivir incluso como una aventura. Todo depende de lo que transmitamos los adultos. “La vida es bella”, de Roberto Benigni, es un claro ejemplo. Los adultos somos los que vivimos la tragedia.
¿De qué manera deberían actuar los padres?
Con tranquilidad, explicando a sus hijos lo que va a pasar en un futuro próximo (dónde van a vivir y cómo se altera su rutina), pero transmitiéndoles que la esencia de su vida no cambia, que sus padres están con ellos, que les quieren y que no va a pasar nada. Transmitiéndolo todo de la manera más natural posible.
¿Qué secuelas deja de por vida perder todo y empezar de nuevo?
Secuelas que se curan con el tiempo. Nos adaptamos rápido si las pérdidas son materiales, otra cosa serían las pérdidas de seres queridos.
¿Cuánto tiempo conlleva recuperarse de una situación de estas características?
El tiempo que nos cueste volver a encontrar una normalidad, aunque sea en otro entorno, en otra vivienda o con otro trabajo. Cuesta recuperarse lo que vuelves a sentir la normalidad. Cuando alguien pierde a un ser querido, no te recuperas, intentas vivir la normalidad sin recuperarte del todo… pero, cuando pierdes bienes, salvo cuando se trata del estatus o el nivel, que es super traumático, la mayoría de las personas recuperan la normalidad. Al ser un fenómeno colectivo de sufrimiento común sin pérdidas humanas, nos ayuda a percibirlo más diluido por compartido.