Alicia López Losantos - Doctoralia.es

🧠 El mal no siempre se hereda

Acabo de ver una serie belga llamada Enemigo público (2016).
Cuenta la historia de un pederasta que, tras cumplir condena por asesinar a varios niños, es acogido en una abadía porque nadie en el pueblo lo quiere cerca.

No es una serie cómoda.
Pero me hizo pensar.

¿Hasta qué punto alguien así puede reintegrarse en la sociedad?
¿Y dónde está la frontera entre lo que consideramos “irredimible” y lo que solo tememos mirar de frente?

Como psicóloga, sé que detrás de todo acto hay una estructura compleja:
unos impulsos, una biografía, una carencia, una historia.
Pero también hay algo que escapa al análisis:
esa línea invisible que separa el impulso del acto, el pensamiento del daño real.

Y entonces surge otra pregunta que me ha acompañado desde que terminé la serie:
¿Cualquiera podría llegar a matar si siente amenazada su estabilidad, su identidad o la vida de alguien a quien ama?

Ahí no hablamos de impulsos ni de patologías, sino de premeditación, de defensa, de necesidad.
Mientras que en los pederastas hablamos de una tendencia innata, un patrón que forma parte de su estructura de personalidad, en los demás hablamos de decisiones que revelan quiénes somos cuando todo tiembla.

Quizá el verdadero interrogante no sea si el mal puede redimirse,
sino si la humanidad puede comprender sin justificar, mirar sin huir, perdonar sin borrar.

“El mal no siempre se hereda.
A veces se elige.
Otras… simplemente se revela.”

Autor

Si te ha gustado ¡Compártelo en tus redes!